En la construcción se manipulan diversos materiales, llegando a realizarse el levantamiento de los
mismos reiteradamente en un mismo día y durante períodos de tiempo prolongados.
La primera recomendación a nivel preventivo es utilizar los medios mecánicos adecuados que reduzcan
el material a manipular manualmente.
Ejemplo de ello son las carretillas elevadoras, traspaletas,
elevadores motorizados, etc.
En numerosas ocasiones esto no es posible debido a las condiciones del
puesto de trabajo y el trabajador se ve obligado a realizar la manipulación de material de forma
manual.
En esta situación es indispensable realizar una correcta técnica de manipulación de cargas,
atendiendo a los pasos siguientes:
1) Planificar el levantamiento. Un buen levantamiento implica un equilibrio y una estabilidad en los
movimientos por parte del trabajador. Para ello, se deben separar los pies, colocando uno por
delante del otro y así el pie de detrás podrá realizar la fuerza necesaria, mientras que el de delante
asegura el equilibrio y la estabilidad. Además de eso, hay que tener claro hacia dónde se quiere
dirigir y por dónde pasar.
¿Qué ocurre cuando se pierde el equilibrio?
Al perder el equilibrio y la estabilidad, nuestro cuerpo realiza movimientos incontrolados que hacen
que se adopten posturas inadecuadas que facilitan las lesiones.
Ejemplo: Manipulación de saco de yeso. Yesista que debe coger un saco de yeso colocado en el
suelo: si al recoger el saco, se desequilibra hacia el lado derecho, tendrá que realizar un esfuerzo
mayor y súbito con su brazo derecho, así como con su espalda, pues su columna vertebral se verá
obligada a realizar giros y torsiones que pueden lesionarle.
2) Posición de levantamiento adecuada. Flexionando las piernas, nunca la espalda, manteniendo el
mentón en dirección al propio cuerpo.
¿Por qué se realiza inadecuadamente la posición de levantamiento?
Es habitual que se realice el levantamiento de forma errónea, con las piernas
estiradas y la espalda flexionada. ¿Por qué? Flexionar las piernas implica un
esfuerzo físico y parece a simple vista más complejo que manipular
flexionando la espalda. Esta apreciación errónea, conlleva que múltiples
manipulaciones se realicen inadecuadamente, ocasionando lesiones.
3) Es necesario acercar el peso al cuerpo para conseguir realizar menos fuerza física y mayor
estabilidad.
¿Qué ocurre cuando no acercamos la carga a nuestro cuerpo?
Manipular una carga sin acercarla a nuestro cuerpo, implica sobrecargar la
espalda y realizar una mayor fuerza con los brazos. Al no acercar el peso a
nuestro cuerpo, la espalda debe sostener nuestro peso, más el peso de la carga,
lo que implica un esfuerzo excesivo que de realizarse frecuentemente puede
ocasionar una lesión.
4) Agarre de la carga. Si ésta tiene agarres se deben usar. Si no tiene, se realiza el agarre con la palma
de la mano y nunca con los dedos.
¿Qué ocurre cuando se realiza el agarre con los dedos?
La musculatura de los dedos no está preparada para realizar grandes esfuerzos.
Su musculatura tiene la función de realizar movimientos que no requieren un
esfuerzo físico elevado. Utilizar esta musculatura con otro fin puede conllevar una lesión.
5) Evitar giros con la espalda. Si un desplazamiento implica el cambio de dirección, no se debe girar la
espalda, sino que es preferible mover los pies para colocarse en la posición adecuada.
En la construcción es habitual ver a un trabajador levantar ladrillos para colocarlos en la pared que
se encuentra detrás de él. Frecuentemente el trabajador, con el afán de ir más rápido, mueve la
espalda, realizando torsión de columna, en lugar de mover los pies para cambiar de dirección. Este
mal hábito ocasiona lesiones de espalda.
¿Qué ocurre si giramos la espalda?
Girar la espalda es torsionar la columna vertebral y en consecuencia, nuestros discos
intervertebrales se ven sometidos a fuerzas y desplazamientos que provocan que éstos se
desgasten. Girar la espalda puede conllevar lesiones en nuestra columna.
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